si lo cuentas no se cumple el deseo
es sólo una cuestión de actitud
¿caballero me podría dar fuego?
es sólo una cuestión de actitud
atreverse a desplazarse en el tiempo
es sólo una cuestión de actitud
entender lo que está escrito en el viento.
Es sólo una cuestión de actitud
ir con taco aguja en pista de hielo
es sólo una cuestión de actitud
recibir los golpes, no tener miedo
es sólo una cuestión de actitud
y no quejarse más del todo, por cierto
es sólo una cuestión de actitud
atreverse a atravesar el desierto.
Hay un pozo profundo en la esquina del sol
si caes la vida te muele a palos.
tengo rabia que todo se pase y adiós
mi pelea es por estar a tu lado.
Es solo una cuestión de actitud - Fito Páez
Después de una larga ausencia he vuelto para seguir contando mis penas; es curioso, había abierto este blog para desahogarme, para escribir y sentirme mejor, y había estado funcionando, pero como todas las cosas que empiezo para sentirme mejor, la dejé en cuanto empecé a notar los resultados... Y heme aquí de nuevo, con mis miedos y mi ansiedad cegando mi camino, bailando en una delgada línea entre que tengo una recaída y no. No os preocupéis, mis lectores, no he vuelto a caer en depresión, pero sí hay algo en mí que me está causando malestar. Sucede que pienso de más las cosas y eso puede ser contraproducente algunas veces; el otro día platicaba con el amor de mi vida acerca de esto, y le decía que cuando él apenas estaba pensando en A, yo ya había considerado B, C, D y a veces hasta E, hay situaciones en lo que esto puede ser una virtud, pero la mayor parte del tiempo solo me complica las cosas. Al estar pensando constantemente lo que va a pasar, o por lo que ya pasó, olvido disfrutar lo que está pasando. No digo que sea malo planear a futuro, ni tampoco digo que esté mal recordar cosas que nos pasaron ya sea malas o buenas, lo que digo es que no está bien vivir el presente pensando que "antes las cosas eran así" "tú solías ser así" "recuerdas cuando hiciste" ni está bien pensar que en el futuro podríamos estar mejor. El pasado ya no está. Punto. Lo que se hizo o deshizo ya fue, y no se puede cambiar, si fue malo podemos aprender de ello y seguir adelante, si fue bueno, lo dejamos como un buen recuerdo y ya. Y el futuro es ahora, no podemos vivir con la idea de "mañana", el mañana llega puntual como todos los días, entonces lo que pensabas hacer mañana, lo vas hacer; no hay necesidad de desgastarse pensando en lo que será dentro de unos cuántos años. Y ese es mi problema, me desgastó pensando en las cosas que me hicieron daño o que me hicieron feliz, y en las cosas que me harán feliz o no en un futuro, y me pierdo de lo que tengo enfrente.
Desde la última vez que escribí para desahogarme (y no por obligación moral hacia mi blog), han pasado un montón de cosas. Para empezar, ya estoy a medio paso de titularme y un paso de algo muy grande (que no aún no les voy a contar). En segundo lugar, entré a la vida Gódinez... perdón, quise decir laboral. Y debo decir que no fue fácil, no sólo porque estoy sentada en un escritorio frente a una computadora 8 horas diarias, también porque fue muy difícil adaptarme a ese lugar, yo sé que soy una persona difícil pero vaya que me sentía incómoda con mis compañeras, qué difícil era para mí levantarme todas las mañanas para ir a un trabajo que no disfrutaba en nada; pero eso cambió, no sé en qué momento pasó ni qué fue lo que pasó, pero un día empecé a formar parte de las pláticas, empecé a reír, a platicar, a bromear, a sentirme parte de. Sigue sin gustarme por completo lo que hago, siento que podría hacer un mayor cambio haciendo otra cosa, pero por algo tenía que empezar, y hasta cierto punto ahora disfruto más el ambiente en mi trabajo.
Pero en realidad, esto no era el propósito principal por el que volví a escribir en mi blog. Volví a las andadas porque he regresado a un punto en el que a había estado. Habrán notado que al inicio de esta entrada mencionaba al amor de mi vida, pues sí, aquel muchacho que en una entrada del año pasado llamaba la excepción de mi vida, hoy digo con toda seguridad con toda seguridad que es el amor de mi vida, aquel al que le había escrito una carta a finales de octubre del año pasado en el que le decía que no podía más con su estilo de vida, que lo amaba y que haría cualquier excepción por él pero que ya no podía seguir así... Pues bueno, seguí unos cuantos meses así.... Otra vez... No me regañen, yo lo sé, yo lo sé, que terquedad la mía de seguir con él; pero precisamente por eso vengo hoy a escribir (otra vez sobre él y por él). Hoy me doy cuenta que lo que había creído madurar desde el año pasado hasta hoy, se fue en retroceso, volví a los dramas, a los berrinches, a las inseguridades de niña de secundaria, a las peleas, a los reclamos, a ese círculo vicioso que nos hacía tanto daño y que según yo ya íbamos a romper. Esperen, esperen, antes de que digan "esta loca no se decide por un tema" déjenme explicarme. El problema en esta relación no es él, él siempre ha tratado de ser claro (digo claro y no sincero porque tampoco es un santo), los dos nos hemos dejado llevar por nuestros sentimientos, y nos olvidamos de razones; y quizá era lo mejor para el momento, olvidarnos del mañana y del ayer, perdernos en el presente como sólo con él me pasa, pero para mí no era suficiente, siempre pienso en lo que vendrá después, en lo que pasó aquella vez, en cómo hacer para que no vuelva a pasar lo mismo que pasábamos siempre, en lo que íbamos a hacer en dos, tres, o seis meses, y cuando él me daba una respuesta que no me parecía, me molestaba y frustraba porque yo quería el paquete completo ahorita. Quería la relación, quería la libertad, quería el futuro y quería el presente, todo en el mismo momento. Y simplemente no se puede, no se puede querer conocer, vivir nuevas experiencias, ser libre y al mismo tiempo querer el noviazgo y todo lo que este implica, no se puede tener los planes de boda y familia mientras estás apunto de vivir tu vida, de cumplir tus sueños. No niego que fue triste darme cuenta de esto, es difícil aceptar que no es nuestro momento, aunque en mi defensa debo decir que esto fue hace pocos días... No sé qué va a pasar, pero haré mi mejor esfuerzo para no pensar en ello, ha llegado el momento de que dejé de repetirme el pasado y de angustiarme con el futuro, es el momento de vivir.
Es mi momento.