Me veo claramente, haciendo preguntas que ya conocía con mi indiferencia ante el ya crecerás.
Silvio Rodríguez
¿Cuántas noches de vigilia pasé pensando en ti? ¿Cuántas veces me pregunté si tú seguías pensando en mí? ¿Cuántas veces ensayé los diálogos que te hubiera dicho de haberte visto una vez más?¿Cuántas veces cambiaron esos diálogos? ¿Cuántas veces soñé que me volvías a buscar? ¿Cuántas veces te volví a buscar? ¿Cuántas veces repasé nuestra historia desde el principio hasta el final? ¿Cuántas veces me pregunté dónde fue que fallamos? ¿Cuántas veces añoré sentir lo que sentí por ti? ¿Cuántas veces dudé sentirlo otra vez? ¿Cuántas veces aseguré que serías el amor de mi vida? ¿Cuántas veces defendí y peleé por ese sentimiento? ¿Cuántas veces lo justifiqué? ¿Cuántas veces vi ese libro o ese llavero añorando el momento cuando me los diste, preguntándome si verías de la misma manera los detalles que tuve para ti? Después de cuatro meses, hoy te volví a buscar y te encontré en ese lugar donde sabía que te encontraría. Sonreías. Te busqué esperando sentir: un pinchazo en el corazón, un vuelco en el estómago, o el ardor en mis ojos justo antes de llorar. Puntual, como otras tantas veces que te recordé, que te pensé. Esperaba. Esperé. Y sin embargo no llegaste. Al contrario, desapareciste. Me sentí vacía, sin razones y sin sentidos. Tu recuerdo, que hasta hace algunas horas seguía presente, se desvaneció cuál vapor en un espejo. Me vi claramente en ese espejo. Mi cabello, siempre despeinado, nunca igual, se veía perfecto. Mis ojos, grandes y tristones, brillaban. Mi boca, pequeña y en perpetuo puchero, sonreía. Mi nariz, combinación (im)perfecta de mis padres, dejó de incomodarme. Sé que disfrutabas despeinando mi cabello, sé cuánto te gustaban mis labios, sé que te gustaban mis ojos, y nunca te importó mi nariz. Siempre quise verme a través de tus ojos, entender que era lo que veías en mí. En el espejo, más que verme me pensaba como creía que me veías tú. Hoy, sin tu reflejo, me vi. Vi todas las veces que mi corazón se rompió, todas las veces que me volví a enamorar; vi todas las veces que me equivoqué, las veces que acerté; vi a mis amigos, y a los que ya no lo son. Vi las piezas del rompecabezas que soy, y ahí, donde estabas tú, vi que algo no encajaba bien. Creí que tu lugar era ahí, y no fue así. Era un detalle sutil, casi imperceptible, si no miras con detalle es muy fácil dejarlo pasar pero ese no era tu lugar. No es que dejaras de encajar, no es que cambiara de piezas, es que ese nunca fue tu lugar. Fuiste, hasta la fecha, la pieza que más cercana ha estado de encajar, pero hoy me doy cuenta que ese nunca fue tu verdadero lugar. Me sentí vacía cuando te vi... Y libre. Después de eso, ya no vi tu reflejo en mi espejo.
viernes, 7 de octubre de 2016
miércoles, 14 de septiembre de 2016
Desde que te perdí...
Quien no lo sepa ya, lo aprenderá deprisa: la vida no para, no espera, no avisa. Tantos planes, tantos planes vueltos espuma. Tú por ejemplo, tan a tiempo y tan inoportuna.
Jorge Drexler.
¿Por qué será que me da por abandonar mi blog? Creo que es una relación un poco complicada, sé que está ahí, y a veces me siento culpable de no continuarlo; otras veces tengo la inspiración para escribir pero no tengo el ánimo para hacerlo, o simplemente no estoy cerca de mi computadora y cuando llego a ella la idea se ha esfumado... En fin, aquí estoy de nuevo escribiendo, quizá un poco por inspiración, quizá un poco por obligación, pero definitivamente como desahogo.
Hoy descubrí que el ex-amor de mi vida me bloqueó en todas las redes sociales, no me sorprende después de cómo terminamos yo también lo había bloqueado. Lo descubrí porque la tentación me ganó y quise stalkearlo en FB y cuando no lo encontré hasta pensé que era yo la que lo tenía bloqueado, oh sorpresa que no... Debo de admitir que no supe cómo reaccionar, han pasado más de dos meses desde la última vez que hablé con él, han pasado casi cuatro meses desde la última vez que lo vi, mi impresión inicial fue la de sorpresa, e indignación (¡cómo se atreve a bloquearme!), momentos después fue la risa, qué curioso giro de sucesos dieron nuestras vidas. No lo voy a justificar, no me voy a justificar, no lo voy a atacar, ni me voy a victimizar. Fue lo que fue, no más.
Hace unos meses uno de mis mayores miedos era no volver a sentir lo que había sentido por él, tenía miedo de enamorarme pero más miedo de no enamorarme. Estoy enamorada del amor, eso ya lo saben, a lo largo de este blog les he compartido todas mis desventuras y aventuras amorosas. Tenía miedo de que todo lo bueno de mí, todo lo que me hacía ser yo, el entregarme completamente cuando me enamoro hubiera desaparecido después de lo que pasó con Cuatro (como recordaran, en entradas iniciales enumeraba a mis amores). Hoy sé que Cuatro no es el amor de mi vida, aunque es el primero que me hace creer en un ever ever after, forever and ever until death. Hoy sé que después de encontrar y perder al amor de tu vida, aún puedes encontrar el amor. En la última carta que le escribí a Cuatro le decía que ya no quería ser Ted que buscó el relicario de Robin para regalárselo el día de su boda; que al final robaba el cuerno azul francés para dárselo porque siempre estuvo enamorado de ella. No. Yo no quiero ser Ted en ese sentido, yo soy Ted cuando se enamora, pero quiero ser Lily y Marshall enamorados. No quiero regresar a ese viejo amor que me lastimó tanto y que nunca pude olvidar. No. No quiero ser Ted así.
Me gustan los amores nostálgicos, sí, no lo voy a negar. Me gustan esos amores que te sientas a recordar al atardecer, justo cuando el sol no termina de ocultarse pero ya no quema como antes, igual que esos amores que me siento a recordar. Aún resplandeciendo pero ya no ardiendo. Tengo un par de esos amores, que de vez en cuando me gusta revolver las cenizas para atisbar una pequeña chispa que se esfuerza por mantenerse encendida, me gusta de vez en cuando encender esas chispas. Sé que Cuatro no es uno de esos amores nostálgicos, no hago menos los momentos que pasamos, al contrario, los atesoro con mucho cariño y me gusta recordarlos, pero la diferencia entre mis amores nostálgicos y él es, que con él todo llegó a su fin. La relación, el cariño, el aprecio, la amistad, el amor, los "por siempre"... Se terminaron. La situación en sí no deja de ser triste, una persona que lo fue todo ahora es un cero a la izquierda en tu vida, se vuelve un número más a la lista pero así son las cosas. Así es la vida, y la vida se trata de seguir adelante. Hoy sé que soy capaz de muchas cosas, tanto buenas como malas, pero sobretodo sé que aún puedo sentir lo que sentí aquella noche cuando vi a Cuatro por primera vez. La magia existe y seguirá existiendo dentro de mí, sin importar cuántos malos momentos pasen.
domingo, 12 de junio de 2016
Universos Paralelos
Llévate del aire el perfume de tu pelo, no ves que yo no sé qué hacer con mis dos universos paralelos
-Jorge Drexler.
La mejor
manera de empezar esta historia, es comenzarla por el final. Dos personas
desgastadas, molestas, confundidas y tristes, uno con novia, otra soltera, y
los dos tristes. Después de una de las peores peleas que habían tenido, ya no
había marcha atrás, él comenzaba a enamorarse de alguien más y ella tenía que
seguir adelante. Si se habían amado en algún momento, de ese amor ahora sólo
quedaban restos. Ella siempre había pedido más de lo que él estaba dispuesto a
dar, por lo menos a ella, en su última pelea se dio cuenta que el problema era
con ella personalmente, no con nadie más, si nunca fueron novios, no fue porqué
él no quisiera una relación, sólo no quería una relación con ella.
Las últimas semanas habían
sido muy complicadas, él había terminado con ella pero ella seguía regresando a
él, lo seguía buscando, seguía creyendo que él era el amor de su vida e iba a
luchar hasta el final para que así fuera. La última vez que hablaron
seriamente, ella le había dicho que lo amaba, era la primera vez que lo decía,
era la primera vez que se sentía segura de decirlo, no era algo que hiciera o
que sintiera a la ligera y ella ya lo había pensado desde hace mucho tiempo,
pero era la primera vez que se atrevía a decírselo. No estaba segura de cómo lo
sabía, simplemente lo sentía, lo sintió prácticamente desde el principio pero
le daba miedo decirlo, prefirió esperara hasta el último momento cuando supo
que ya estaba apunto de perderlo. Quizá como una técnica desesperada de
demostrarle que ella seguiría con él a pesar de que él no quisiera, y él le
respondió, le dijo las palabras que ella anhelaba escuchar, pero sin el
sentimiento que a ella le invadía.
La última vez que se vieron
casi no hablaron, ella llegó a su casa, en la entrada se besaron y pasaron
directamente a su cuarto, ni siquiera se habían terminado de quitar la ropa
cuando ella ya estaba sobre la cama y él ya la estaba penetrando, hicieron el
amor (como solían llamarle a las relaciones sexuales que tenían entre ellos
dos) rápido y sin intimidad, no habían pasado los 20 minutos cuando él ya se
estaba viniendo y los dos se vistieron rápidamente para evitar que los
atraparan en pleno acto. Fueron por donas, y adiós, se había hecho tarde y los
dos tenían cosas que hacer. Hubieron besos y abrazos, pero no hubo amor.
Días antes, habían estado
peleando porque él ya no le dedicaba tiempo a ella, se la pasaba trabajando o
con sus amigos, a ella ya no la veía como antes, de no poder estar el uno sin
el otro, ahora se veían una vez a la semana, si se acomodaba con sus agendas,
para irse juntos a un motel y hacer el amor… A esas alturas ella ya había
notado que algo había cambiado, pero cuando lo enfrentaba él lo negaba, en sus
palabras ella sólo hacía drama, no pasaba nada más, no había nadie más, sólo
una amiga, no pasaba nada con ella, no había nada más.
Cuando él había regresado de
uno de sus tantos viajes, ella estaba decidida a ponerle un punto final a esa
relación, estaba cansada de seguir esperando de él algo más, estaba decidida a
terminar. Cuando estaban acostados en la cama, de ese motel en particular,
donde ella había perdido su virginidad, donde se habían unido en uno sólo por
primera vez; sus ojos se llenaron con lagrimas al pensar en la posibilidad de
dejarlo; no estaba lista para hacerlo, pero al día siguiente lo hizo, le dijo
que no podía seguir con él mientras él siguiera haciendo las cosas de la manera
en las que las estaba haciendo. Eso duró unos cuantos días y después, estaban
bajo la lluvia repasando su historia desde el principio al fin, y ella
explicándole porqué le dolía tanto dejarlo. Ella estaba segura que él era el
amor de su vida, lo había sentido la primera vez que lo vio.
Se había ido casi dos meses a
otro país, se había ido el día de su cumpleaños a pesar de que ella le había
pedido que no lo hiciera, eso la había lastimado mucho, siempre había querido
pasar un cumpleaños con él, ya fuera el suyo o el de ella. Para ella era algo
especial, le gustaban los cumpleaños, siempre le habían gustado, le encantaba
hacer la cuenta regresiva para el día de su cumpleaños, le encantaba que todos
supieran que ya iba a cumplir años, no importaba la edad, ese día era su día
especial. Y quería pasarlo con él, aún sabiendo que ese tipo de fechas las
celebran juntos los novios, y ellos no lo eran. Decidieron adelantarlo unos
días para que no pasara desapercibido, pero en esa ocasión él llegó tarde, como
muchas otras veces se preguntó si era buena idea irse de ahí y dejarlo ¿valía
la pena seguirlo esperando? ¿por qué, si nunca ha mostrado el mismo interés tendría
que esperarlo? Lo esperó, pensó que a lo mejor le traería un regalo, él sabía
que a ella le gustaban los cumpleaños, ella le había dado un regalo en su
cumpleaños… Lo esperó, ya había pasado más de media hora y él seguía sin llegar
pero ella lo esperó; cuando no pudo más y decidió irse, él llegó, como siempre
en el último minuto, cuando ella estaba decidida a no seguir esperando por él,
él llegó. ¿Cómo iba a poder dejarlo, si él seguía haciendo el intento por estar
ahí?
Cuando se vieron la primera
vez después de que ella había regresado de su viaje, el primer viaje en el que
ella se iba y él se quedaba, recordó porqué estaba tan enamorada de él. Cuando
se abrazaron, cuando se besaron, había fueguitos en su interior, se dijo así
misma que eso tenía que ser amor, no podía ser nada más. Cuando estaba con él,
había fueguitos, había emoción, había tranquilidad, había una visión a futuro…
lo veía en su futuro y él a ella. Él se lo había dicho cuando ella estuvo
lejos, en más de una ocasión ya habían habido señales de que los dos se veían
en un futuro juntos. Sabía que eso no era producto de su imaginación. El problema era que ella era aún muy joven,
aún le faltaban muchas cosas por hacer, muchas más cosas que disfrutar, otros
labios que besar, otros amores que probar, muchas historias más que vivir. Esas
ansiedades de ser libre la invadían de vez en cuando; la invadieron cuando
estando de viaje se besó con alguien más; la invadieron cuando, mientras él
estaba en su viaje de dos meses en otro país, ella se acostó con alguien; la
invadieron cuando la oportunidad de sus sueños se presentó ante sus ojos; pero
decidía ignorar esas ansiedades cuando estaba con él porque él era el amor de
su vida y no quería a nadie más.
Habían regresado después de
un mes de estar peleados, él la había buscado a ella después de darse cuenta
que había cometido un error al dejarla ir por estar con alguien más, ella había
decidido perdonarlo, porque estaba segura que ya no sentía nada por él, y ya
estaba cansada de pelear. Cuando él le dijo que no quería que fueran novios,
ella aceptó, pensó que ya había madurado y que ya había aprendido a separar el
sexo y los sentimientos, sólo se iba a acostar con él y nada más, ya no era
hacer el amor, como solían llamarle, era sólo sexo… O eso quería creer ella.
Poco a poco, se volvió a enamorar de él, y es que nunca lo había dejado de
amar, sólo se había querido engañar creyendo que ya no sentía nada por él,
cuando la verdad era que cada que él estaba cerca de ella, cada que él la
tocaba, cada que se abrazaban, incluso con que solamente le hablara, en ella
volvían a nacer esos fueguitos que no había sentido con nadie antes de él.
Cuando le dijeron que él ya
estaba con alguien más no puedo decir que ella no lo podía creer, porque ella
ya lo sabía, cuando él le había pedido que dejarán de coquetear, ella muy
adentro sabía que él ya estaba con alguien más; pero aún así cuando le
confirmaron sus temores no pudo evitar sentir que algo se rompía adentro de
ella, las mentiras, los engaños, las pelea, ahora todo se volvía más claro; él
ya había encontrado a alguien más. El dolor que sintió aquella vez, sólo es
superado por la última pelea que tuvieron, aún así, logró salir adelante. Logró
juntar todas sus fuerzas para decidir que ese era el final, que no había más
que le pudiera perdonar.
Cuando él se había ido a otro
país por cinco meses, ella creyó que podrían aguantar, que podrían hacerlo
funcionar; ella, que nunca había creído en las relaciones a larga distancia, se
dijo así misma que esta valía la pena intentar hacerla funcionar. El día que se
despidieron, fue uno de los días más bonitos que ella pueda recordar, a pesar
de ser un día triste porque no se iban a ver en mucho tiempo, fue un día
especial, hicieron el amor hasta que no pudieron más, rieron, platicaron, se
abrazaron, se besaron, durmieron, y cuando se despidieron, ella sintió los
fueguitos en su interior. No pasaba nada, las cosas iban a funcionar. Y aunque
al poco tiempo las cosas se pusieron difíciles, siguió creyendo en que eso iba
a funcionar. Aún cuando él estaba apunto de regresar, y ella pensaba en
terminar, en su interior siguió creyendo que lo suyo estaba predestinado a más.
La primer pelea fuerte que
tuvieron fue porque él había estado saliendo con otras personas mientras estaba
con ella, ella sabía que ellos no tenían nada formal pero aún así le dolió
cuando él se lo dijo. Ella comenzaba a enamorarse de él, comenzaba a darle
rienda suelta a esos fueguitos que llevaba tiempo conteniendo porque no quería
que esa relación llegara a algo más. Cuando se vieron de frente, cuando
empezaron a pelear, supo que había algo distinto con él a todos los demás, él
la había hecho reír, aún estando enojada, aún estando decepcionada, él había
conseguido hacerla reír, había logrado que por un momento ella olvidara todo lo
malo. En ese momento se dio cuenta que no quería alejarse de él, y lo besó.
Después de ese beso, todo lo malo quedó olvidado y dejaron que su relación
siguiera, que los fueguitos crecieran.
Era enero, y los dos habían
salido con amigos de él, ella estaba nerviosa, se sentía fuera de lugar pero
estar con él la hacía olvidarse de todo, le gustaba estar con él, le gustaba
que él la abrazara, que le dijera cosas al oído, que la llevara con sus amigos,
le gustaba estar con él; aún no estaba segura de adónde se dirigía esa
relación, pero sabía que estar con él le gustaba. Por la tarde de ese día,
decidieron dejar a sus amigos e irse a un motel cerca de la casa de él; ella
estaba nerviosa, era su primera vez, no estaba segura de qué era lo que tenía
que hacer, qué era lo que pasaba en esa situación, qué iba a pensar él cuando
la viera desnuda, cómo se vería él desnudo… Sus besos, que al principio eran
tímidos, se volvieron más apasionados, sus movimientos, que comenzaron siendo
torpes, se sincronizaron en un mismo son, fue como si bailaran un tango
improvisado, lleno de sensualidad, de pasión, de movimientos nuevos que cada
uno iba inventando; estaba segura que ese día estaban creando todo un universo
nuevo, con sus planetas y sus soles, con sus estrellas y sus galaxias. Fue en esa ocasión cuando se
dio cuenta que se estaba enamorando perdidamente de él.
Era la primera vez que se
veían después de 3 meses que él había estado lejos, habían mantenido
comunicación mientras estuvo lejos, pero a ella le asustaba que cuando se
vieran otra vez, no se fueran a gustar, antes de que él se fuera, habían pasado
momentos juntos muy agradables, y le gustaba platicar con él, sentía que tenían
mucho en común a pesar de tener personalidades muy distintas, con él las cosas
fluían con naturalidad; no sentía la necesidad de impresionarlo, sentía que
podía ser ella sin miedo a que la rechazara, que podía dar sus opiniones sin
que la juzgara. Se sentía libre estando con él. El día de su primer beso fue
una tarde de agosto, y fue, por mucho, el mejor primer beso que había tenido en
toda su vida. No fue un beso robado, no fue un beso forzado, fue un beso que,
como todo con él, fluyó con naturalidad, fue la primera vez que sintió que algo
se encendía dentro de ella, fue el primer fueguito que nació entre los dos.
El día que se conocieron,
ella estaba alejada de la multitud, nunca le habían gustado las multitudes y no
sabía realmente cómo platicar con gente nueva. Él estaba platicando con un
grupo de amistades, cuando una conocida en común los presentó, a los dos les
gustaba mucho el cine, y su primer plática fue de películas. Fue extraño para
ella poder platicar con alguien de la manera que estaba platicando con él, pero
en ese momento no le importó, estaba comenzando a disfrutar del momento, pero
no duró mucho porque se tuvo que ir, tenía 19 y un par de padres
sobreprotectores que no les gustaba que saliera de noche; se despidió de él y
se dijo que jamás le volvería a hablar a ese muchacho. Cuando se subió al carro,
una imagen fugaz pasó por su mente, ella y él en su casa, viendo películas,
nada más.
La mejor manera de terminar
esta historia es con el comienzo. Dos personas que se acababan de conocer, que
tuvieron una conexión instantánea pero que no sabían lo que estaban por vivir,
dos personas que no se imaginaban que estaban por vivir una historia que los
iba a desgastar hasta la médula, en la que se iban a desgarrar el alma por
salirse con la suya, una historia de amor que se viven con pocas personas, una
historia de amor que si la viéramos en el cine tendría un final feliz. La mejor
manera de terminar esta historia es con dos personas que por azares del
destino, terminaron estando en el mismo lugar y a la misma hora.
miércoles, 4 de mayo de 2016
Es sólo una cuestión de actitud
Es sólo una cuestión de actitud
si lo cuentas no se cumple el deseo
es sólo una cuestión de actitud
¿caballero me podría dar fuego?
es sólo una cuestión de actitud
atreverse a desplazarse en el tiempo
es sólo una cuestión de actitud
entender lo que está escrito en el viento.
Es sólo una cuestión de actitud
ir con taco aguja en pista de hielo
es sólo una cuestión de actitud
recibir los golpes, no tener miedo
es sólo una cuestión de actitud
y no quejarse más del todo, por cierto
es sólo una cuestión de actitud
atreverse a atravesar el desierto.
Hay un pozo profundo en la esquina del sol
si caes la vida te muele a palos.
tengo rabia que todo se pase y adiós
mi pelea es por estar a tu lado.
Es solo una cuestión de actitud - Fito Páez
si lo cuentas no se cumple el deseo
es sólo una cuestión de actitud
¿caballero me podría dar fuego?
es sólo una cuestión de actitud
atreverse a desplazarse en el tiempo
es sólo una cuestión de actitud
entender lo que está escrito en el viento.
Es sólo una cuestión de actitud
ir con taco aguja en pista de hielo
es sólo una cuestión de actitud
recibir los golpes, no tener miedo
es sólo una cuestión de actitud
y no quejarse más del todo, por cierto
es sólo una cuestión de actitud
atreverse a atravesar el desierto.
Hay un pozo profundo en la esquina del sol
si caes la vida te muele a palos.
tengo rabia que todo se pase y adiós
mi pelea es por estar a tu lado.
Es solo una cuestión de actitud - Fito Páez
Después de una larga ausencia he vuelto para seguir contando mis penas; es curioso, había abierto este blog para desahogarme, para escribir y sentirme mejor, y había estado funcionando, pero como todas las cosas que empiezo para sentirme mejor, la dejé en cuanto empecé a notar los resultados... Y heme aquí de nuevo, con mis miedos y mi ansiedad cegando mi camino, bailando en una delgada línea entre que tengo una recaída y no. No os preocupéis, mis lectores, no he vuelto a caer en depresión, pero sí hay algo en mí que me está causando malestar. Sucede que pienso de más las cosas y eso puede ser contraproducente algunas veces; el otro día platicaba con el amor de mi vida acerca de esto, y le decía que cuando él apenas estaba pensando en A, yo ya había considerado B, C, D y a veces hasta E, hay situaciones en lo que esto puede ser una virtud, pero la mayor parte del tiempo solo me complica las cosas. Al estar pensando constantemente lo que va a pasar, o por lo que ya pasó, olvido disfrutar lo que está pasando. No digo que sea malo planear a futuro, ni tampoco digo que esté mal recordar cosas que nos pasaron ya sea malas o buenas, lo que digo es que no está bien vivir el presente pensando que "antes las cosas eran así" "tú solías ser así" "recuerdas cuando hiciste" ni está bien pensar que en el futuro podríamos estar mejor. El pasado ya no está. Punto. Lo que se hizo o deshizo ya fue, y no se puede cambiar, si fue malo podemos aprender de ello y seguir adelante, si fue bueno, lo dejamos como un buen recuerdo y ya. Y el futuro es ahora, no podemos vivir con la idea de "mañana", el mañana llega puntual como todos los días, entonces lo que pensabas hacer mañana, lo vas hacer; no hay necesidad de desgastarse pensando en lo que será dentro de unos cuántos años. Y ese es mi problema, me desgastó pensando en las cosas que me hicieron daño o que me hicieron feliz, y en las cosas que me harán feliz o no en un futuro, y me pierdo de lo que tengo enfrente.
Desde la última vez que escribí para desahogarme (y no por obligación moral hacia mi blog), han pasado un montón de cosas. Para empezar, ya estoy a medio paso de titularme y un paso de algo muy grande (que no aún no les voy a contar). En segundo lugar, entré a la vida Gódinez... perdón, quise decir laboral. Y debo decir que no fue fácil, no sólo porque estoy sentada en un escritorio frente a una computadora 8 horas diarias, también porque fue muy difícil adaptarme a ese lugar, yo sé que soy una persona difícil pero vaya que me sentía incómoda con mis compañeras, qué difícil era para mí levantarme todas las mañanas para ir a un trabajo que no disfrutaba en nada; pero eso cambió, no sé en qué momento pasó ni qué fue lo que pasó, pero un día empecé a formar parte de las pláticas, empecé a reír, a platicar, a bromear, a sentirme parte de. Sigue sin gustarme por completo lo que hago, siento que podría hacer un mayor cambio haciendo otra cosa, pero por algo tenía que empezar, y hasta cierto punto ahora disfruto más el ambiente en mi trabajo.
Pero en realidad, esto no era el propósito principal por el que volví a escribir en mi blog. Volví a las andadas porque he regresado a un punto en el que a había estado. Habrán notado que al inicio de esta entrada mencionaba al amor de mi vida, pues sí, aquel muchacho que en una entrada del año pasado llamaba la excepción de mi vida, hoy digo con toda seguridad con toda seguridad que es el amor de mi vida, aquel al que le había escrito una carta a finales de octubre del año pasado en el que le decía que no podía más con su estilo de vida, que lo amaba y que haría cualquier excepción por él pero que ya no podía seguir así... Pues bueno, seguí unos cuantos meses así.... Otra vez... No me regañen, yo lo sé, yo lo sé, que terquedad la mía de seguir con él; pero precisamente por eso vengo hoy a escribir (otra vez sobre él y por él). Hoy me doy cuenta que lo que había creído madurar desde el año pasado hasta hoy, se fue en retroceso, volví a los dramas, a los berrinches, a las inseguridades de niña de secundaria, a las peleas, a los reclamos, a ese círculo vicioso que nos hacía tanto daño y que según yo ya íbamos a romper. Esperen, esperen, antes de que digan "esta loca no se decide por un tema" déjenme explicarme. El problema en esta relación no es él, él siempre ha tratado de ser claro (digo claro y no sincero porque tampoco es un santo), los dos nos hemos dejado llevar por nuestros sentimientos, y nos olvidamos de razones; y quizá era lo mejor para el momento, olvidarnos del mañana y del ayer, perdernos en el presente como sólo con él me pasa, pero para mí no era suficiente, siempre pienso en lo que vendrá después, en lo que pasó aquella vez, en cómo hacer para que no vuelva a pasar lo mismo que pasábamos siempre, en lo que íbamos a hacer en dos, tres, o seis meses, y cuando él me daba una respuesta que no me parecía, me molestaba y frustraba porque yo quería el paquete completo ahorita. Quería la relación, quería la libertad, quería el futuro y quería el presente, todo en el mismo momento. Y simplemente no se puede, no se puede querer conocer, vivir nuevas experiencias, ser libre y al mismo tiempo querer el noviazgo y todo lo que este implica, no se puede tener los planes de boda y familia mientras estás apunto de vivir tu vida, de cumplir tus sueños. No niego que fue triste darme cuenta de esto, es difícil aceptar que no es nuestro momento, aunque en mi defensa debo decir que esto fue hace pocos días... No sé qué va a pasar, pero haré mi mejor esfuerzo para no pensar en ello, ha llegado el momento de que dejé de repetirme el pasado y de angustiarme con el futuro, es el momento de vivir.
Es mi momento.
martes, 15 de marzo de 2016
Segunda parte
Aquí la parte final de mi cuento.
03-Enero-2010
Hoy no pude dormir, tuve otra pesadilla… en realidad, volví a soñar con lo mismo.
El doctor sigue sin venir y las medicinas se me terminaron; anoche durante mi vigilia estuve recordando que pasó el día que te perdí.
“Aquel día, cuando llegue al piso esperado caminé hacia la oficina de mi jefe con la mejor propuesta que pude haber creado, llevaba media hora de retraso y el pasillo me pareció interminable. A mitad de camino, sorpresivamente me llamaste y yo no quise hacerte caso, me repetía a mi mismo que no tendría ningún sentido contestarte, por lo menos hasta que terminase mi junta.
Por fin llegué a la oficina de mi jefe, al entrar me encontré con varios ejecutivos de la junta directiva, me pusé helado al ver que el gerente internacional de ventas estaba a punto de retirarse; entre silenciosamente y acomode mis papeles, después de una incómoda pausa decidí hablar:
-Buenos días tengan todos y sean bienvenidos a Empresas Society, la razón por la cual estamos reunidos aquí es para discutir el incremento en la tasa de sueños, metas y esperanzas perdidos que ha habido en nuestra sociedad en la última década…- fue así como empecé un discurso de casi una hora, durante la cual no hubo reacción alguna de los altos mandos. Al finalizar mi discurso, recuerdo que el Gerente Internacional de Ventas se levantó silenciosamente de la mesa y se retiró. Después de que el Gerente Internacional de Ventas se retirara del salón de juntas, mi jefe fue tras él. No sabía cómo interpretar el silencio que invadió la habitación, todos los presentes de la mesa directiva dirigían sus miradas hacia mí. No estoy seguro de cuánto tiempo pasó, cuando por fin regresaron al salón de juntas. Ambos me miraron fijamente y después de unos minutos que me parecieron una eternidad, mi jefe comenzó a hablar:
-Sr. Williamson, su trabajo en esta empresa no ha sido lo esperado y su empleo dependía de esta presentación, si nos complacía su trabajo le ofreceríamos un aumento de lo contrario…bueno, eso no importa ahora, porque su presentación ha cautivado tanto al gerente que ha decidido ofrecerle un empleo en el extranjero.-
No me atreví a articular palabra alguna mientras mi jefe hablaba, solo podía pensar en que se cumplirían mis sueños. No podía esperar por llegar a casa y contarles a todos las nuevas noticias.”
Estoy un poco cansado, será mejor que me vaya a dormir.
10-Enero-2010
Perdona por no haberte escrito antes, ¿me creerías si te digo que no había tenido tiempo? ¿No? Ni yo me creería esa excusa, la verdad no había tenido ganas de escribirte, después de haber terminado la carta anterior, me invadió una súbita ira contra ti; “¿por qué rayos se atrevió a dejarme?” era lo que pensaba cuando tocaron a mi puerta, creí que era el doctor y me levante a abrir la puerta pero me sorprendí al darme cuenta de que era otra persona; algo que también me pareció muy curioso fue el hecho de que había mucha luz en el pasillo, tanta que me encandilo, quizás fue porque no había visto nada del exterior desde que me dejaste. Seguramente te estarás preguntando quien era esta persona que me visitó, le pregunté como se llamaba pero no me quiso decir su nombre, me dijo que ya nos habíamos conocido antes, pero no lo recuerdo aunque eso ya no me sorprende parece ser que últimamente olvido todo. Empezamos a platicar y me comentó que hace tiempo que quería visitarme pero había tenido mucho trabajo y por eso no vino antes; yo le pregunté que si era ayudante del doctor que me había visitado en Navidad, me pidió que le contara toda la historia y así lo hice, cuando finalicé con mi anécdota, noté la expresión que reflejaba su rostro, era una especie de mezcla entre sorpresa y terror; me pidió que le mostrara el bote de pastillas que me había dado el doctor, cuando se lo mostré, el terror de su rostro aumento. Le pregunté que era lo que le pasaba, me dijo que no me podía explicar ahora pero cuando fuese el momento me lo contaría todo, me dio otro bote de pastillas y se fue.
Todo eso me pareció muy extraño pero había algo en ese sujeto que me causaba confianza y el hecho de haberlo conocido anteriormente me hizo creer que las pastillas que me entrego me harían bien.
17-Enero-2010
Llevo una semana tomando las pastillas que me entrego I (he decidido llamarle así porque es lo único que recuerdo de su nombre), creo que he empeorado a raíz de que me empecé a tomar ese medicamento ¿Qué por que me las sigo tomando? Porque I me ha estado visitando toda la semana y ha cuidado muy bien de mí. ¿Recuerdas que te había dicho que ya no veía luz en mi ventana? Bueno, pues ahora la veo nuevamente y cada día que pasa me encandila más y más. Me está doliendo de nuevo mi abdomen, pero la diferencia entre estas pastillas y las otras es que con estas pastillas me es más sencillo recordar que paso el día que te fuiste.
“Luego de que le di el ‘sí’ a mi jefe, me dieron el día para que pudiera arreglar mis cosas porque querían que partiera en cuanto pudiera. Salí sin mirar a nadie y corrí hacia mi casa, estaba eufórico; por fin, después de un año luchando por ese puesto, lo obtendría. Me subí al auto y me puse en marcha, me estaba preguntando como tomarías la noticia; decidí llamar a mi madre para contarle, no te quise decir a ti porque supuse que ya lo sabrías o por lo menos lo sospecharías. Estaba al teléfono, tratando de calmar la emoción de mi madre que no me di cuenta cuando el semáforo ya estaba en alto y yo continúe avanzando; de repente te vi tan hermosa, tan sonriente despidiéndote de mí y segundos después ¡puff! Nada.”
22-Enero-2010
Hola
El día de hoy I ha venido a visitarme y me ha dicho que ya era hora.
-¿Hora de qué?- Le pregunté.
-Hora de irnos, tu tiempo en este lugar ha terminado. Has recordado que fue lo que paso el día de tu muerte y ya no hay ningún motivo para que sigas en el purgatorio- contestó I.
Estoy muerto ¿puedes creerlo? Tú no me dejaste, yo te abandoné. Esa mañana trataste de advertirme, de decirme que ya no íbamos a poder estar juntos y no te deje, de verdad lo siento mucho; estaba muy contento de que al fin iba a cumplirte… antes de que termine tengo que contarte que el doctor que me visitó en Navidad, era una criatura despreciable y las pastillas que me había dado eran para mantenerme en el purgatorio, bueno eso es lo que dice I, me dijo que era necesario que yo pasara por todo ese dolor para poder recordar y seguir adelante, por esa razón deje de recordar cuando me empecé a sentir “bien”.
Bueno, es hora de irme, I me está esperando afuera, dice que ya no podemos retrasarnos más pero yo quería despedirme de ti por ultima vez.
Espero que cuando leas esto, tu ya hayas sido cumplida por otra persona y que esta persona sea la mas feliz del mundo.
Nunca olvidaré el día cuando te presentaste ante mí, tan hermosa y tan tentadora, tan perfecta. Tampoco olvidaré nuestro último día juntos cuando estuve a punto de hacerte realidad.
Hasta nunca, mi esperanza perdida.
lunes, 14 de marzo de 2016
De vuelta al ruedo
Que descaro el mío, los dejo intrigados con mi última entrada y luego ya no escribo nada, la verdad es que desde esa última entrada y hasta hoy, para variar, han pasado muchas cosas y, para variar, tardo un rato en volver a inspirarme. La verdad, desde que iniciamos el año he querido sentarme a escribir algo pero no he sabido muy bien acerca de qué, así que en lo que re-acomodo mis ideas, prioridades, y me reencuentro con mi inspiración me pareció una buena idea dejarles mis cuentos, o en este caso fragmentos de un cuento en particular, los demás los iré subiendo en entradas posteriores para mantenerlos al filo y no piensen que ya no quiero seguir escribiendo en mi blog. Deben de saber que soy un poco descuidada, despistada, y no muy disciplinada que digamos, a veces se me va la onda y si no tengo a alguien que me recuerde las cosas constantemente, no les voy a dar un seguimiento, en especial cuando se trata de mi inspiración, la muy canija tiene su propia voluntad y cuando la necesito no suele presentarse. Pero en fin, dejaré de justificarme y les dejaré con mi cuento, este cuento lo hice cuando estaba en la preparatoria, si mal no recuerdo a finales, así que ya es algo viejo, mi estilo de escritura no ha cambiado mucho pero aún era joven cuando lo escribí, así que les pido benevolencia cuando me juzguen.
RECUERDOS DE UNA ESPERANZA
05-Dic-2009
Esta mañana desperté y pude notar el vacio de tu ausencia. Desde que te fuiste, el tiempo ha sido una carga pesada para mí, las horas parecen ser eternas y el día parece nunca terminar. ¿Por qué tuviste que irte? Recuerdo haber estado molesto el día de tu partida pero la razón… ¿Cuál era la razón? Creo que la he olvidado, es absurdo que la haya olvidado pues por ella te perdí.
Espera…creo que me acuerdo de algo, aquella mañana lucias más hermosa que de costumbre, me levanté de la cama sin prestarte mucha atención, había pasado una mala noche y me esperaba un arduo día de trabajo, como si eso no fuera poco ya no había nada en el refrigerador y yo tenía un hambre atroz… y tú, tú estabas más bella que nunca, mucho más tentadora que otro días ¿Por qué? ¿Por qué ese día en especial? Continúe ignorándote, me encontraba tan absorto en mis pensamientos que no escuchaba tu voz llamándome. “Si tomó la ruta X llegare a la oficina…pero no, esa ruta pasa por la calle 5, será mejor que me vaya por la calle 7 para evadir el trafico de la Av. Principal porque sino llegare tarde”. Al salir, ni siquiera me despedí y tu quedaste sentada sin decir nada, alertándome de lo que iba a suceder y yo, yo no me despedí.
10-Dic-2009
Hoy no tengo ganas de levantarme, llevo días así, sin ánimos de hacer nada, no me he presentado al trabajo, me parece extraño que nadie haya llamado aún para preguntar por mi estado físico…o mental, creo que han de pensar que me volví loco desde el día que me abandonaste. No, no lo tomes a mal, no te estoy reclamando, fuiste lo mas importante en mi vida y me dolió a sobremanera que me dejaras solo.
Le estoy encontrando algo positivo a estas cartas, me ayudan a recordar que pasó ese día, no tengo idea de porque lo he olvidado.
“Jeniffer me saludó cuando llegué a la oficina. No contesté, estaba furioso porque tenía hambre y ya iba tarde a mi junta. ‘Hoy será el mejor día, obtendré ese acenso’ me repetía mientras el elevador me llevaba a mi destino final. Ya anteriormente había recorrido ese mismo camino y sin embargo esa vez me sentía más nervioso…”
Un pequeño halo de luz se cuela por la ventana, vaya que es realmente molesto, me quiero parar pero mis piernas no me responden. Deben de estar entumecidas, llevo mucho tiempo en la misma posición. Tras varios intentos logro levantarme pero sigo sin sentir mis piernas.
Y ahora que lo pienso, lo mismo sucede con mis brazos.
12-Diciembre-2009
Siento un terrible dolor en mi abdomen, supongo que debe de ser de hambre ¿mis piernas y brazos? En la misma situación, parece como si no estuvieran.
Mi cabeza continua con el arduo trabajo de recordar que paso el día de tu partida. Por la ventana siguen entrando destellos de luz.
Mis pensamientos siguen sin querer ceder a esta lucha, y pareciera como si entre más intentara acodarme de algo más quisiera olvidarlo.
15-Diciembre-2009
Esta mañana me desperté con la sensación de que mi habitación era más pequeña, esos rayos de luz que entran por la ventana realmente me están afectando.
Desde ayer que no puedo levantarme, la luz que se cuela es cada vez más molesta, quiero levantarme a cerrar las cortinas y sin embargo no puedo.
De verdad, te extraño… trato de recordar que más pasó el día que te perdí, mis recuerdos son cada vez más borrosos, temo que un día pierda mi memoria.
16-Diciembre-2009
No te pensaba escribir, me estoy sintiendo peor cada día que pasa, pero recordé que hoy se cumple un año de cuando te apareciste ante mí; acababa de graduarme y no tenía la menor idea de lo que iba a hacer, nada me importaba. Recuerdo que estaba pasando frente al edificio donde ahora trabajo y fue cuando te conocí y a partir de ese momento mi vida cambió, pero ahora que te fuiste creo que he vuelto a ser el mismo de hace un año.
La luz de la ventana aumenta cada día más y pareciera como si mi dolor aumentara también junto con esta, el hambre ha desaparecido y ha sido sustituido por un terrible dolor en mi abdomen.
22- Diciembre-2009
Perdón por no haber escrito antes, he empeorado desde la última vez que te escribí.
Comencé a toser sangre, trato de dormir, de descansar un poco pero los ataques de tos no me lo permiten…
Estoy muy cansado para seguir escribiendo, faltan tres días para Navidad, esperaba poder estar contigo.
24-Diciembre-2009
Es Noche Buena, la luz de la ventana comenzó a disminuir y me estoy sintiendo mejor, ya he dejado de toser sangre y mis extremidades ya no están entumecidas... creo que ya va a ser medianoche, aún no me explico cómo es que siempre hay luz ¿no será acaso un producto de mi imaginación? Están sonando las campanadas, donde quiera que estés ¡Feliz Navidad! Espero que hayas encontrado a alguien que te valore más de lo que yo te valore.
Oigo pasos en el corredor ¡creo que alguien viene! ¡Por fin se acordaron de mí!
La puerta se abre, veo una silueta ¿Quién será? La emoción me invade, no puedo esperar ¿Quién será? Se acerca a mí, creo que…
25-Diciembre-2009
¡Feliz Navidad! Disculpa por haber dejado inconclusa tu carta ayer, fue tanta mi emoción que perdí el conocimiento, hace tiempo que no me esforzaba tanto.
Seguramente querrás saber quien vino ayer, pero no puedo responderte era un hombre a quien no conocía, le pregunté como fue que supo de mí, me dijo que era doctor y que había venido a verme porque los vecinos se preocupaban por mí ¿puedes creerlo? Yo no lo creí en un principio pero luego de que me dijo su nombre comencé a confiar en él… es raro, olvidé como se llamaba, en fin, le comenté que desde hace tiempo no me levantaba de la cama, que había enfermado gravemente, bueno, lo que ya te había dicho a ti, ¿sabes lo que me dijo? Que sufría un extraño caso de depresión severa y que si no la tratábamos a tiempo podría ser mortal ¿puedes creerlo? Me dio un bote de pastillas, dijo que tenía que tomarlas cada hora todos los días hasta su próxima visita, luego para mi sorpresa me dijo que te había visto, no tengo ni la menor idea de cómo supo de nuestra relación, le comenté que te extrañaba y que no podía recordar porque te fuiste, me dijo que no me preocupara, que no lo había olvidado solo que con la depresión había omitido ese recuerdo, dijo que si seguía al pie de la letra sus instrucciones con el tiempo podría recordar ese día, le pregunté si podría recuperarte, no me contestó, dijo que se le hacía tarde para sus próximas visitas y se fue. ¿No es raro que un doctor trabaje en la víspera de Navidad?
Después de que se fue me quedé pensando ¿Algún día podre recuperarte?
30-Diciembre-2009
Han pasado cinco días desde que te escribí la carta pasada, me he estado tomando las pastillas y la luz de la ventana casi desaparece por completo parece ser que el tratamiento del doctor está funcionando. Sin embargo desde que comencé a tomarme ese medicamento no he podido recordar que pasó el día de tu partida.
02-Enero-2010
He mejorado notoriamente, ya puedo levantarme de la cama y ya no veo ninguna luz por la ventana. El doctor no ha venido desde Navidad y no he sabido nada de él.
He notado algo curioso, no escucho ruidos, mis vecino han estado muy callados… es raro.
Anoche tuve una pesadilla, soñé que caía al vacío y no terminaba de caer; fue realmente aterrador.
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