Aquí la parte final de mi cuento.
03-Enero-2010
Hoy no pude dormir, tuve otra pesadilla… en realidad, volví a soñar con lo mismo.
El doctor sigue sin venir y las medicinas se me terminaron; anoche durante mi vigilia estuve recordando que pasó el día que te perdí.
“Aquel día, cuando llegue al piso esperado caminé hacia la oficina de mi jefe con la mejor propuesta que pude haber creado, llevaba media hora de retraso y el pasillo me pareció interminable. A mitad de camino, sorpresivamente me llamaste y yo no quise hacerte caso, me repetía a mi mismo que no tendría ningún sentido contestarte, por lo menos hasta que terminase mi junta.
Por fin llegué a la oficina de mi jefe, al entrar me encontré con varios ejecutivos de la junta directiva, me pusé helado al ver que el gerente internacional de ventas estaba a punto de retirarse; entre silenciosamente y acomode mis papeles, después de una incómoda pausa decidí hablar:
-Buenos días tengan todos y sean bienvenidos a Empresas Society, la razón por la cual estamos reunidos aquí es para discutir el incremento en la tasa de sueños, metas y esperanzas perdidos que ha habido en nuestra sociedad en la última década…- fue así como empecé un discurso de casi una hora, durante la cual no hubo reacción alguna de los altos mandos. Al finalizar mi discurso, recuerdo que el Gerente Internacional de Ventas se levantó silenciosamente de la mesa y se retiró. Después de que el Gerente Internacional de Ventas se retirara del salón de juntas, mi jefe fue tras él. No sabía cómo interpretar el silencio que invadió la habitación, todos los presentes de la mesa directiva dirigían sus miradas hacia mí. No estoy seguro de cuánto tiempo pasó, cuando por fin regresaron al salón de juntas. Ambos me miraron fijamente y después de unos minutos que me parecieron una eternidad, mi jefe comenzó a hablar:
-Sr. Williamson, su trabajo en esta empresa no ha sido lo esperado y su empleo dependía de esta presentación, si nos complacía su trabajo le ofreceríamos un aumento de lo contrario…bueno, eso no importa ahora, porque su presentación ha cautivado tanto al gerente que ha decidido ofrecerle un empleo en el extranjero.-
No me atreví a articular palabra alguna mientras mi jefe hablaba, solo podía pensar en que se cumplirían mis sueños. No podía esperar por llegar a casa y contarles a todos las nuevas noticias.”
Estoy un poco cansado, será mejor que me vaya a dormir.
10-Enero-2010
Perdona por no haberte escrito antes, ¿me creerías si te digo que no había tenido tiempo? ¿No? Ni yo me creería esa excusa, la verdad no había tenido ganas de escribirte, después de haber terminado la carta anterior, me invadió una súbita ira contra ti; “¿por qué rayos se atrevió a dejarme?” era lo que pensaba cuando tocaron a mi puerta, creí que era el doctor y me levante a abrir la puerta pero me sorprendí al darme cuenta de que era otra persona; algo que también me pareció muy curioso fue el hecho de que había mucha luz en el pasillo, tanta que me encandilo, quizás fue porque no había visto nada del exterior desde que me dejaste. Seguramente te estarás preguntando quien era esta persona que me visitó, le pregunté como se llamaba pero no me quiso decir su nombre, me dijo que ya nos habíamos conocido antes, pero no lo recuerdo aunque eso ya no me sorprende parece ser que últimamente olvido todo. Empezamos a platicar y me comentó que hace tiempo que quería visitarme pero había tenido mucho trabajo y por eso no vino antes; yo le pregunté que si era ayudante del doctor que me había visitado en Navidad, me pidió que le contara toda la historia y así lo hice, cuando finalicé con mi anécdota, noté la expresión que reflejaba su rostro, era una especie de mezcla entre sorpresa y terror; me pidió que le mostrara el bote de pastillas que me había dado el doctor, cuando se lo mostré, el terror de su rostro aumento. Le pregunté que era lo que le pasaba, me dijo que no me podía explicar ahora pero cuando fuese el momento me lo contaría todo, me dio otro bote de pastillas y se fue.
Todo eso me pareció muy extraño pero había algo en ese sujeto que me causaba confianza y el hecho de haberlo conocido anteriormente me hizo creer que las pastillas que me entrego me harían bien.
17-Enero-2010
Llevo una semana tomando las pastillas que me entrego I (he decidido llamarle así porque es lo único que recuerdo de su nombre), creo que he empeorado a raíz de que me empecé a tomar ese medicamento ¿Qué por que me las sigo tomando? Porque I me ha estado visitando toda la semana y ha cuidado muy bien de mí. ¿Recuerdas que te había dicho que ya no veía luz en mi ventana? Bueno, pues ahora la veo nuevamente y cada día que pasa me encandila más y más. Me está doliendo de nuevo mi abdomen, pero la diferencia entre estas pastillas y las otras es que con estas pastillas me es más sencillo recordar que paso el día que te fuiste.
“Luego de que le di el ‘sí’ a mi jefe, me dieron el día para que pudiera arreglar mis cosas porque querían que partiera en cuanto pudiera. Salí sin mirar a nadie y corrí hacia mi casa, estaba eufórico; por fin, después de un año luchando por ese puesto, lo obtendría. Me subí al auto y me puse en marcha, me estaba preguntando como tomarías la noticia; decidí llamar a mi madre para contarle, no te quise decir a ti porque supuse que ya lo sabrías o por lo menos lo sospecharías. Estaba al teléfono, tratando de calmar la emoción de mi madre que no me di cuenta cuando el semáforo ya estaba en alto y yo continúe avanzando; de repente te vi tan hermosa, tan sonriente despidiéndote de mí y segundos después ¡puff! Nada.”
22-Enero-2010
Hola
El día de hoy I ha venido a visitarme y me ha dicho que ya era hora.
-¿Hora de qué?- Le pregunté.
-Hora de irnos, tu tiempo en este lugar ha terminado. Has recordado que fue lo que paso el día de tu muerte y ya no hay ningún motivo para que sigas en el purgatorio- contestó I.
Estoy muerto ¿puedes creerlo? Tú no me dejaste, yo te abandoné. Esa mañana trataste de advertirme, de decirme que ya no íbamos a poder estar juntos y no te deje, de verdad lo siento mucho; estaba muy contento de que al fin iba a cumplirte… antes de que termine tengo que contarte que el doctor que me visitó en Navidad, era una criatura despreciable y las pastillas que me había dado eran para mantenerme en el purgatorio, bueno eso es lo que dice I, me dijo que era necesario que yo pasara por todo ese dolor para poder recordar y seguir adelante, por esa razón deje de recordar cuando me empecé a sentir “bien”.
Bueno, es hora de irme, I me está esperando afuera, dice que ya no podemos retrasarnos más pero yo quería despedirme de ti por ultima vez.
Espero que cuando leas esto, tu ya hayas sido cumplida por otra persona y que esta persona sea la mas feliz del mundo.
Nunca olvidaré el día cuando te presentaste ante mí, tan hermosa y tan tentadora, tan perfecta. Tampoco olvidaré nuestro último día juntos cuando estuve a punto de hacerte realidad.
Hasta nunca, mi esperanza perdida.